miércoles, 31 de agosto de 2011

Reloj, no marques las horas...

El tiempo es una noción realmente implacable y contra la cual no podemos luchar por más que queramos. No podemos controlar su paso inexorable, pero sí que hemos ideado estrategias para poder medirlo, conocer su evolución. Esto ha convertido al reloj en el símbolo del tiempo. Primero con mecánicas más rudimentarias como el de arena, el de agua o de sol (el cual ante un día nublado ya no había nada que hacer), hasta la llegada del reloj mecánico cuyo mecanismo complejo requiere de precisión muy prolija (casi tanta como la del tiempo).
En la lengua española usamos muchas expresiones que contienen la palabra reloj, bien con la connotación de 'tiempo cronológico' o bien con el de 'precisión'. Cuando alguien es muy puntual solemos decir que es 'como un reloj'. Incluso muchos anuncios de productos de fibra elogian las virtudes de los mismos proclamando que consiguen que el organismo funcione como un reloj.
También decimos que vamos "contra reloj" cuando debemos hacer algo que nos urge en un periodo de tiempo muy corto (expresión proveniente de las pruebas ciclistas con el mismo nombre). En el idioma de Shakespeare se diría "against the clock".
En inglés también abundan las expresiones relacionadas con el reloj. Quizás te hayan enseñado que "turn back the clock" (traducido al castellano algo así como 'retrasar el reloj') se refiere a 'rememorar o imaginar cosas del pasado': Now we're going to turn back the clock with some pop music from the 1980's (Ahora vamos a dar marcha atrás en el tiempo con música de los 80).
Por último, ¿os habéis fijado como en el momento histórico en que empezamos a llevar relojes de pulsera coincidió con el momento en el que nos encadenamos al tiempo?

Llorenç Garcia

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