lunes, 11 de febrero de 2013

Aprovecha si estás fuera de tu país


No hay duda de que irse al extranjero es la opción más útil para aprender un idioma extranjero de primera mano. En el país en donde el idioma es la lengua materna de sus habitantes, el estudiante vive de primera mano la experiencia de la inmersión lingüística. Es decir que toda la información se recibe en la lengua que se está adquiriendo y uno no tiene más remedio que responder en el idioma. Si te vas a Gran Bretaña, por ejemplo, ya sabes que todo lo leerás en inglés, que si vas a comprar algún producto en cualquier tienda lo tendrás que hacer en inglés y lo mismo para el médico, veterinario, etc.
Sin embargo, no todo es tan bonito como parece y suelen surgir algunas eventualidades que dificultan que el proceso de inmersión lingüística se desarrolle con normalidad.
El más importante de todos ellos es que en una ciudad como Londres, existe una nutrida colonia de españoles con los que es muy fácil establecer contacto. La gente enseguida se apunta a una academia de idiomas y al final lo más fácil es establecer contacto con otros extranjeros que también tienen el inglés como segundo idioma, lo que ya redunda en el hecho de perder contacto con el inglés puro y duro.
En parte, todo esto es lógico teniendo en cuenta el sentimiento de desprotección que asola al viajero que se siente extraño en unas tierras que aún no son suyas. En la academia, o en ciertos círculos en donde abundan extranjeros, es donde se encuentra gente afín bajo las mismas circunstancias. Entonces, ¿cómo aprendemos inglés?
Si decides a quedarte de brazos cruzados, conseguirás que tu inglés mejore de manera pasiva. Es decir, simplemente volverás a tu país entendiéndolo mejor. Pero el avance hablando no será patente en absoluto. Obviamente, debes hacer un esfuerzo para aprender inglés o el idioma que tengas en consideración. Tienes que intentar buscar amigos nativos. Apúntate a actividades diversas como deportes o bien ofrécete para intercambios con gente que quiera aprender español. Piensa que el castellano ya es la segunda lengua más importante como idioma de uso internacional. Esto puede originar una interrelación interesante de culturas en las que incluso puedes empezar a resolver esas diferencias culturales que al principio te pueden resultar llamativas y enriquecerte personalmente. Estás en el extranjero, no te dejes llevar fácilmente por el desánimo o la morriña (lo que en inglés llaman “to be homesick” porque tienes que ser consciente que al principio puede ser duro porque estarás en proceso de aclimatación. Pero no desaproveches esta oportunidad que te brinda la vida que no sabes si la volverás a tener ni cuando. Resiste y adelante.

Llorenç Garcia

miércoles, 6 de febrero de 2013

La paella

No existe plato más internacional oriundo de España más internacional que la paella. Todo guiri que se precie no puede resistirse a la tentación de probar este plato a base de arroz y de tantas variedades como gustos. Nadie tiene ni idea de cuál es el origen exacto de la paella, ni de en qué momento de la Historia nació. Se postula que la ubicación surgió en las marjales de la Huerta de Valencia o de alguna parte de las comarcas de la Ribera Valenciana del Júcar. Incluso en Orán reclaman su origen. Lo que sí que es cierto es que la historia de este plato está muy ligada a la implantación del arroz en el Mediterráneo, que como tal proviene de Asia y se empezó a introducir en Europa en el siglo 4 a. C. Lo que permanece en el misterio es cuando se empezó a conocer la paella como plato diferenciado pero, gracias a la lingüística, sí que sabemos que el nombre proviene del catalán valenciano "paella" que significa 'sartén'. Efectivamente, en este idioma la "paella" es un tipo de sartén bastante ancho.
El término "paella" como plato es internacional. Así lo conocemos en inglés, francés, alemán, italiano, francés, etc. Sin embargo, el origen se encuentra en el latín patella, que era un plato en el que se cocía la comida y también se servía en la mesa. Esto dio en español padilla, de significado casi idéntico. Con ese mismo sentido ha dado lugar al italiano padella y el francés poêle.
Curiosamente, este plato valenciano se ha hecho tan popular y tan representativo de las tierras valencianas, que han hecho que sea difícil ingerir una buena paella en la ciudad de Valencia. Es un reclamo turístico que hace que se haga deprisa, corriendo y mal. Una buena paella exige de tiempo y esmero. Aun así, dejo dos enlaces de un buen restaurante en Valencia: el Rall.

¡Buen provecho!

Llorenç Garcia

martes, 15 de noviembre de 2011

Xenismos

Conocemos como xenismos aquella palabras que entran en un idioma sin adaptarse ortográficamente al nuevo idioma. Quizás sea algo que hayas aprendido de los cursos de inglés cuando ciertas palabras inglesas que usamos en español (como "estrés", "tren", "vagón") tienen ya forma completamente española y se han  naturalizado de sus términos ingles ("stress", "train", "wagon").
Pero ocurre que últimamente, con el avance de la globalización, y los cambios vertiginosos por los que están atravesando todos los idiomas, los neologismos (palabras nuevas) están llegando en su forma original y son difícilmente adaptados. A nadie se le ocurriría escribir "iphone" como "aifón" o "ipad" como "aipad". Si que ha habido algunas tentativas más o menos exitosas de hispanización de ciertos términos informáticos. Por ejemplo, de "email" mucha gente dice "correo electrónico"; o "ratón" en vez de "mouse" y así sucesivamente.
Igualmente en italiano, no existe aún forma que haya castellanizado las formas "carpaccio" o "jacuzzi". En francés se pueden ver algunas formas basculan entre la original francesa ("croissant") y la adaptación al español ("cruasán", con su plural "cruasanes").

viernes, 2 de septiembre de 2011

Campos semánticos

Cada idioma es un reflejo de cómo sus hablantes estructuran su realidad. Es un organismo con su propio metabolismo que rechaza palabras y adquiere nuevos elementos para ir adaptándose a la cambiante realidad circundante. La misma realidad puede tener una distribución diferente según el idioma. Por ejemplo, el color blanco para nosotros apenas entiende de matices pero en cambio entre los esquimales existen infinitud de nombres para cada tipo de blanco ya que viven en un entorno rodeado de nieve. Para ellos, por tanto, distinguir los matices del blanco y colocarles una etiqueta constituye una cuestión básica en su día a día. Para nosotros no.
De la igual manera, es increible la cantidad de vocabulario relacionado con la botánica y la ornitología que estamos perdiendo a causa de vivir en un entorno urbano. Pocas personas sabrían reconocer un jilguero o una golondrina. Pero cada vez más gente sabe lo que es un "iphone", "ipod", etc.
A veces, hay conceptos comunes para todo el mundo pero que según la lengua tiene límites diferenciados o bien se dividen. Por ejemplo, en español tenemos la palabra "tarde" referida como la parte del día comprendida entre el mediodía y el anochecer. Sin embargo, en una lengua tan próxima como el catalán diferencia en su variedad oriental entre "tarda" y "vespre". La "tarda" serían las primera horas de la tarde, y el "vespre" cuando se va acercando el atardecer. De la misma manera, en inglés, hay una distinción entre "afternoon" y "evening". El primer concepto empieza a las 12 del mediodía y finaliza sobre las 4 ó 5 y el resto sería "evening".


Llorenç Garcia

jueves, 1 de septiembre de 2011

La importancia de llamarse Honesto

Quizás La importancia de llamarse Honesto  podría haber sido la traducción más adecuada para el título de la obra del escritor irlandés Oscar Wilde The Importance of Being Earnest. Pero parece que al final la traducción que ha triunfado ha sido la más literal de La importancia de llamarse Ernesto aunque se haya perdido el juego de palabras.
Es lo complicado de la traducción. El traductor a veces debe hacer grandes obras de prestidigitación con las palabras y los términos para que la esencia de lo que se transmite no se pierda. En literatura, y no digamos ya nada en el género poético, estas hazañas a veces son misiones imposibles.
En inglés con "Earnest" se juega al juego de palabras entre el nombre propio Ernest (Ernesto en español) y el adjetivo "earnest" que significa 'formal'. Ambas se pronuncian exactamente igual, o como se conoce más técnicamente, son "homófonas"  como ocurre en español con "vaca" ('animal') y 'baca' ('la del coche'). 
Muchas veces, las palabras de un idioma determinado nos transmiten mensajes no sólo por el significado de los términos, sino también por la música que nos transmiten sus sonidos.

Llorenç Garcia

¿Sientes simpatía o pasión?

Hay personas que nos producen buena impresión, buena "vibra" como dicen en parte de Latinoamérica. Es verlas y sentir una conexión. A veces esa conexión tarda en establecerse porque viene cogida de la mano del tiempo, de ir conociendo a alguien. Ese sentimiento lo conocemos en español como "simpatía".
Si nos disponemos ahora a explorar el inglés, nos daremos cuenta de la relativa frecuencia con la que términos muy parecidos en la forma con el español pueden tener significados diferentes. Eso es lo que se conoce como el fenómeno de los "falsos amigos".

Un ejemplo lo encontramos en el término inglés "sympathy", que en este idioma, significa "compasión". Es decir, capaz de entender el sufrimiento de otra persona, solidarizarse con su dolor, sentirlo casi en la piel. En español, la palabra "compasión" es un término que es un compuesto formado por los términos "con" y "pasión". Pero atención, porque aquí "pasión" no se refiere a 'sentir vocación o sentimientos de inclinación muy intensos hacia algo o hacia alguien', sino que funciona como sustantivo equivalente a "padecer". De ahí viene la expresión religiosa "la pasión de Cristo".

Llorenç Garcia