Uno de los puntos débiles del inglés en el caso de los españoles es cuando nos damos cuenta de que no somos capaces de entender nada cuando nos hablan. Es una consecuencia lógica a una educación en la que el profesor de inglés nos transmitía el acento español. Era común que oyéramos cosas como "Mai car is jiar" (My car is here). Luego, cuando nos enfrentábamos en la calle a un "guiri", nos dábamos cuenta que ni los españoles entendíamos a los ingleses ni los ingleses nos entendían a nosotros. Al final, nos comunicábamos mejor por gestos y señales.
Por eso, los audios revisten cierta importancia ya pueden ayudar al estudiante de inglés a entender mejor los sonidos y a saber discriminar palabras. A veces el estudiante de los cursos de inglés tiene la sensación de que las palabras se juntan unas con otras y no puede discriminar palabras. El oído es como un músculo que ha de ejercitarse de manera progresiva.
Pero esta capacidad puede resultar inconsistente si no viene acompañada de una pronunciación suficientemente clara para hacerse entender. En estos casos la ayuda de un nativo resulta impagable.
En conclusión, para completar el proceso de comunicación eficaz ejercitar la comprensión auditiva se ha de simultanear con el de la pronunciación.
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