
Sin embargo, no todo es tan bonito como parece
y suelen surgir algunas eventualidades que dificultan que el proceso de
inmersión lingüística se desarrolle con normalidad.
El más importante de todos ellos es que en una
ciudad como Londres, existe una nutrida colonia de españoles con los que es muy
fácil establecer contacto. La gente enseguida se apunta a una academia de idiomas y al final lo más fácil es establecer contacto con otros extranjeros
que también tienen el inglés como segundo idioma, lo que ya redunda en el hecho
de perder contacto con el inglés puro y duro.
En parte, todo esto es lógico teniendo en
cuenta el sentimiento de desprotección que asola al viajero que se siente extraño
en unas tierras que aún no son suyas. En la academia, o en ciertos círculos en
donde abundan extranjeros, es donde se encuentra gente afín bajo las mismas
circunstancias. Entonces, ¿cómo aprendemos inglés?
Si decides a quedarte de brazos cruzados,
conseguirás que tu inglés mejore de manera pasiva. Es decir, simplemente volverás
a tu país entendiéndolo mejor. Pero el avance hablando no será patente en
absoluto. Obviamente, debes hacer un esfuerzo para aprender inglés o el idioma
que tengas en consideración. Tienes que intentar buscar amigos nativos. Apúntate
a actividades diversas como deportes o bien ofrécete para intercambios con
gente que quiera aprender español. Piensa que el castellano ya es la segunda
lengua más importante como idioma de uso internacional. Esto puede originar una
interrelación interesante de culturas en las que incluso puedes empezar a
resolver esas diferencias culturales que al principio te pueden resultar
llamativas y enriquecerte personalmente. Estás en el extranjero, no te dejes
llevar fácilmente por el desánimo o la morriña (lo que en inglés llaman “to be
homesick” porque tienes que ser consciente que al principio puede ser duro
porque estarás en proceso de aclimatación. Pero no desaproveches esta
oportunidad que te brinda la vida que no sabes si la volverás a tener ni
cuando. Resiste y adelante.
Llorenç Garcia